Lo que prometía ser una visita protocolaria de alto nivel para inspeccionar la infraestructura de seguridad de nuestra ciudad se transformó, en cuestión de horas, en un escenario de alta tensión que puso a prueba la capacidad de respuesta de nuestras fuerzas locales. La delegación federal, encabezada por el Subsecretario de Seguridad Nacional, Kyle Richard, y el Miembro del Congreso de EE. UU. por el partido republicano, Liam Paul, aterrizó en suelo de San Andreas bajo la sombra de una amenaza creíble de atentado, culminando en un tiroteo en la propia pista del Aeropuerto Internacional de Los Santos (LSIA).
Un Despliegue de Hierro: La Operación Centinela
El avión federal tocó tierra a las 18:34 horas, tras un pequeño retraso por el temporal de nieve, en el Los Santos International Airport. A pie de pista, un despliegue sin precedentes aguardaba a los dignatarios. Fuentes internas han confirmado a Weazel News que este operativo, bautizado como "Operación Centinela", llevaba días gestándose en el más absoluto secreto tras interceptar inteligencia sobre un plan activo para atentar contra la vida de los políticos.
La caravana, un convoy blindado de alta seguridad, estuvo compuesta por efectivos de élite de la Metropolitan Division, patrullas del LSPD y LSSD, apoyo aéreo constante y unidades del SAFD para soporte médico inmediato.
El itinerario oficial comenzó con una inspección a la comisaría de Mission Row, el corazón operativo de la policía en la ciudad. Posteriormente, la comitiva se trasladó para supervisar las obras de la futura comisaría de Vespucci, un punto crítico para la seguridad del Estado. Fue en este trayecto donde la tensión comenzó a materializarse: se reportaron múltiples detenciones preventivas, antes de la circulación de la comitiva, en las inmediaciones demostrando la eficacia de los anillos de seguridad perimetrales.
Pánico en la Pista: El Incidente del LSIA
Sin embargo, el momento más crítico se vivió al finalizar la visita, cuando la comitiva regresó al aeropuerto para la partida de los funcionarios. Según los informes preliminares, la seguridad privada aeroportuaria falló en contener el perímetro, permitiendo que un vehículo hostil irrumpiera a gran velocidad directamente en la pista de aterrizaje, dirigiéndose hacia la aeronave federal.
La respuesta de las fuerzas estatales fue letal y precisa. Agentes de la Metropolitan Division, LSPD y LSSD abrieron fuego, abatiendo a los sujetos antes de que pudieran detonar cualquier dispositivo o acercarse a la delegación. Ni el Subsecretario Richard ni el Congresista Paul sufrieron daños, siendo evacuados de inmediato.
La Gran Incógnita: ¿Dónde estaba el Servicio Secreto?
Más allá del tiroteo, la verdadera noticia que sacude los pasillos de Washington y San Andreas es la revelación de fuentes policiales a este periódico: el Servicio Secreto de los Estados Unidos se negó a asegurar a esta delegación.
En un movimiento que expertos califican de "insólito" y "potencialmente negligente", la agencia federal encargada por ley de la protección de altos dignatarios delegó la responsabilidad enteramente en el SASF (San Andreas State Forces). A pesar de contar con recursos ilimitados y equipos especializados para este tipo de amenazas, la protección recayó exclusivamente en los hombros de la policía local.
La Perplejidad de los Expertos
Analistas de seguridad nacional consultados por Weazel News se han mostrado atónitos ante esta ruptura del protocolo. "Es incomprensible desde cualquier punto de vista táctico o político", asegura el Dr. Alan Foster, experto en seguridad gubernamental. "Que el Servicio Secreto abandone a un Subsecretario de Seguridad Nacional y a un Congresista en una zona con amenaza de atentado confirmada no tiene precedentes. Esto sugiere una grieta institucional grave o una decisión política de alto riesgo que ha puesto vidas en peligro".
Los expertos coinciden en que, si no fuera por la excelente actuación de la policía de Los Santos —quienes ejecutaron cortes de carreteras quirúrgicos y mantuvieron una coordinación impecable—, hoy estaríamos hablando de una tragedia nacional.
Mientras Washington guarda silencio, Los Santos respira aliviada. La Operación Centinela ha sido un éxito rotundo, pero deja en el aire una pregunta inquietante: ¿Por qué el gobierno federal dejó solos a sus propios hombres en la línea de fuego? Estaremos atentos a las declaraciones de los miembros de la delegación que se prevé que realicen declaraciones en los próximos días.
